Las fuerzas del cielo no saben cambiarse los pañales

Por Carlos Zenozain

A menos de un mes de las elecciones más importantes para el futuro del país estamos siendo testigos de chicanas entre candidatos y agravios entre votantes, parece que setenta años de peronismo no han sido suficientes y la sociedad sigue sin madurar.

Sobre todo los seguidores de Milei, chicos que vienen con una mentalidad de ‘lo que yo digo es la verdad absoluta sino te reviento’, no admiten una opinión en contra, no aceptan un debate, no toleran otro punto de vista que no sea el suyo o el de su referente político

Han sido criados y educados bajo la ideología K  de ‘vos tenes la razón, no dejes que nadie te diga lo contrario, la única verdad que existe es la tuya’, por lo que cuando conocen alguien que piensa diferente pasa a ser el enemigo, lisa o llanamente, lo agreden, lo escrachan y llaman al ‘resto de la manada’ para que hagan lo mismo, sobretodo en Twitter

Son una casta de jóvenes caprichosos, maleducados, irreverentes, soberbios que creen que se las saben a todas porque lo vieron en internet, en algún canal de cable, o en el celular. Recién están rompiendo el cascarón de la vida pero tratan de ignorantes a otros que hace años vienen militando en la política, tomando como una ofensa personal un comentario o una idea diferente, no aceptan estar equivocados, no hacen autocrítica y el error o la culpa siempre es del otro

Por lo general provienen de familias disfuncionales donde papá y mamá les dieron con todos los gustos, fueron criados en un entorno donde con un poco de berrinche consiguieron las cosas y se acostumbraron así, a lograr su objetivo en base a gritos e insultos.

Los caprichos son su objetivo de vida, que les llenen de ‘likes’ sus comentarios o conseguir seguidores en las redes calma sus egos en parte para llenar ese vacío existencial que domina su inmadura existencia y reemplazar con una vida virtual la poca autoestima que padecen y de esa manera sentir que tienen ‘amigos’ o algo que los contenga.

Entonces ese vacío existencial o la falta de un ‘no se qué’ lo reemplazan con una moda, un ídolo o un referente en el que depositan sus expectativas porque les dice lo que ellos quieren escuchar. Al no tener una meta ni una ideología basada en experiencia de vida, el referente elegido se torna casi una deidad.

Pero la vida real es diferente, la vida real no te da las cosas haciendo berrinches o insultando a cualquiera que se cruce en el camino, la vida real te va cagando a sopapos hasta que te acomoda a través de los años. Nietzsche consideraba la idolatría como una enfermedad. «La fuerza de la fe suple la carencia de conocimiento”.

Todos hemos pasado por esa etapa de la juventud en la que creemos que los demás no saben nada y nosotros desde el entusiasmo de la juventud creemos que las sabemos a todas y los demás son unos giles, hasta que la vida va pasando y nos damos cuenta que todo es un proceso, que las cosas se consiguen con madurez

El kirchnerismo conocedor de todo esto puso manos a la obra con un trabajo de ingeniería social sin precedentes para tener una sociedad sometida y una juventud agresiva, para lo cual puso a trabajar desde hace años diferentes colectoras a través de consultoras que hicieron su trabajo a la perfección

El argentino en estas elecciones se comporta como si esto fuera un partido de fútbol, se toma a la ligera algo tan trascendental para el futuro de cuarenta y siete millones de personas… que la borracha, que el violento, que te tiro las cartas, que miro los astros y que los números dan ganador a uno o a otro

Parece que la sociedad no entendió absolutamente nada, hubo argentinos que se sacrificaron al divino botón porque nada ha cambiado, muchos gritos, insultos y peleas entre los votantes porque todos creen que SU candidato es el mejor mientras el kirchnerismo sigue haciendo de las suyas.

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